Dicen que hay una noche mágica en el año, la noche de San Juan, aunque precisamente anoche, el 23 de julio, un mes justo después, la mágia se hizo realidad, y fue gracias a la Cena- Tertulia que organizó nuestra 
usuaria Isabel Mª Hijano en su casa.
A pesar de encontrarnos en pleno verano, ya al caer la noche corría un aire bien fresquito que acogió el encuentro entre personas desconocidas, con dos lazos de unión, uno ser usuarias/os del Banco del tiempo y la otra haber leído el libro “El tiempo entre costuras” de María Dueñas. Eran los requisitos que pedía nuestra amiga Isabel para participar en la Cena tertulia que ofrecía en su casa.
Muchas personas se interesaron en participar, la oferta era verdaderamente atrayente, pero algunos cambios en el calendario, hizo que tan solo 10 de ellas pudieran disfrutar de tal evento.
Podríamos decir que aquella cena se realizó en algún jardín de la Alcazaba, o de la misma Alhambra, al caer la noche, su enclave privilegiado, visualizando el Castillo de Gibralfaro a la izquierda y de frente nuestra Catedral y toda la ciudad de Málaga a nuestros pies, impregnadas del aroma del jazmín y la hierbabuena.
Nuestra “Shahrazad” nos recibió al mejor estilo árabe, seguimos su rastro tras un camino de velas, la música calmaba nuestro espíritu inquieto hacia lo desconocido, detalle tras detalle que nos asombraba a cada momento, el aroma a especias y el aire acariciando nuestro rostro. Todo ello cuidado con esmero, incluso alguna que otra frase en “Andalusí” por el anfitrión de la casa, nuestro “Hassan” particular.
El tiempo fue pasando entre el verbo , el paladar, las risas y disfrute de los sentidos. Ramillete de edades, distintas nacionalidades que enriquecía aún más el momento y como colofón a la tertulia una entrega a cada persona de un dossier documental sobre el libro a tratar.
Cinco horas, trescientos minutos, veintiún mil segundos, mágicos que tendremos en algún rinconcito de nuestro cerebro, allí donde se guardan los momentos especiales que nos regala la vida.
Imposible de superar, la experiencia ha sido preciosa, gracias a vosotros Antonio y Isabel Mª, por vuestra simpatía y hospitalidad y como no a quienes habéis participado: Jesús, Elisa, Mª Angeles, Ana Mª, Teresa, Karina, Lola e Hilaria.
Muchas personas se interesaron en participar, la oferta era verdaderamente atrayente, pero algunos cambios en el calendario, hizo que tan solo 10 de ellas pudieran disfrutar de tal evento.
Podríamos decir que aquella cena se realizó en algún jardín de la Alcazaba, o de la misma Alhambra, al caer la noche, su enclave privilegiado, visualizando el Castillo de Gibralfaro a la izquierda y de frente nuestra Catedral y toda la ciudad de Málaga a nuestros pies, impregnadas del aroma del jazmín y la hierbabuena.
Nuestra “Shahrazad” nos recibió al mejor estilo árabe, seguimos su rastro tras un camino de velas, la música calmaba nuestro espíritu inquieto hacia lo desconocido, detalle tras detalle que nos asombraba a cada momento, el aroma a especias y el aire acariciando nuestro rostro. Todo ello cuidado con esmero, incluso alguna que otra frase en “Andalusí” por el anfitrión de la casa, nuestro “Hassan” particular.
El tiempo fue pasando entre el verbo , el paladar, las risas y disfrute de los sentidos. Ramillete de edades, distintas nacionalidades que enriquecía aún más el momento y como colofón a la tertulia una entrega a cada persona de un dossier documental sobre el libro a tratar.
Cinco horas, trescientos minutos, veintiún mil segundos, mágicos que tendremos en algún rinconcito de nuestro cerebro, allí donde se guardan los momentos especiales que nos regala la vida.
Imposible de superar, la experiencia ha sido preciosa, gracias a vosotros Antonio y Isabel Mª, por vuestra simpatía y hospitalidad y como no a quienes habéis participado: Jesús, Elisa, Mª Angeles, Ana Mª, Teresa, Karina, Lola e Hilaria.
Gracias al Banco del tiempo por facilitar y ofrecer que las redes naturales florezcan entre la ciudadanía.
Palabras escritas por Mª Nieves Gómez Crespillo
Agente de Tiempo y copartícipe de la Cena-Tertulia.
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