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martes, 30 de octubre de 2018

TIEMPO DE CASTAÑAS Y CALABAZAS


De nuevo ha llegado el TIEMPO de la celebración del Día de los Santos, y de los Difuntos, y cómo no lo celebramos grandes y pequeños, de una manera inusual para mí, claro está!. No me gusta para nada dicha fiesta como tal, sino como nuestra tradicción lo marcaba..me gusta asistir al Cementerio con la familia, comprar castañas asadas, hacer compota casera, sopas de calabaza y batatas asadas..!! eso es lo que recuerdo yo de mi infancia, de lo que se hacía en mi casa, además de poner mariposas encendidas a nuestro seres queridos que partieron hacia otra galaxia!!

NADA MEJOR QUE HACERLO EN BUENA COMPAÑIA, CON EL BANCO DEL TIEMPO.



y yo que creía que Halloween era una fiesta americana, resulta que no lo es, y aquí os dejo la historia:
La fiesta de Halloween se ha convertido en una de las celebraciones más populares y difundidas del siglo XXI. Aunque la versión actual, la de los disfraces y el ‘trick or treat’, proviene de Estados Unidos y ha sido exportada al resto del mundo en los últimos años, el origen de esta fiesta es europeo y mucho más antiguo. La celebración que hoy conocemos como Halloween es una mezcla de la fiesta pagana de Samhain y la fiesta religiosa del Día de Todos los Santos.
Los pueblos celtas de Irlanda tenían, la noche del 31 de octubre, un festival conocido como Samhain(pronunciado “sow-in”) que significa “fin del verano” y que celebraba el final de la época de cosechas y el comienzo de un nuevo año celta, que coincidía con el solsticio de otoño. Desde la perspectiva de la religión wiccan, y tal como pasaba en muchas otras religiones del mundo antiguo, esta fiesta representaba la muerte y renacimiento de su dios, al igual que lo hacían los campos y la naturaleza.
Durante esta noche, se creía que la puerta entre el mundo de los espíritus y el de los vivos quedaba abierta, por lo que los fantasmas de los difuntos vagaban libremente y el poder mágico de los druidas crecía debido a esta conexión con el mundo astral. Era costumbre utilizar nabos llenos de carbón ardiendo como faroles para guiar a los familiares fallecidos y asustar a los espíritus malvados. Además, los niños recogían presentes de todas las casas para ofrecérselos a los dioses y los entregaban a los druidas para que realizaran un ritual sagrado en el que, según parece, los sacrificios humanos y animales eran un elemento muy importante.


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